La irradiación con láser penetrará la placa de la uña infectada y se dirigirá a los patógenos causantes en la base de la uña.
Como resultado, la infección fúngica se aliviará considerablemente y se eliminará gradualmente.
El láser produce energía luminosa coherente de una intensidad suficiente y de una longitud de onda específica
la cual, al proyectarse en el tejido, es absorbida de manera diferencial por el material objetivo, generando calor y por ende destrucción del tejido.
Otros tejidos de compensación no se ven afectados y por ello se preservan.